Cada cabeza es un mundo

Como a eso de la media noche, cansado de un largo día, llegué a mi recamara me senté en la cama dejando que el día acabara, desamarrándome las agujetas reflexionaba sobre la mierda del día. Imaginado que la sucia mezclilla, era la mano de una mujer que suavemente me acariciaba las piernas, me invitaba a la cama, acepte pero mi cansancio era tal que esfume su imagen, apagué la luz y me dejé tocar por las sábanas, que lo acariciaban todo. Disfrutando esta sensación entre suspiros, quejas y abruptamente volvía a la mierda del día (puta que horror, mañana otra vez sale el sol). Lentamente cerré los ojos, viajaba hacia lo más oscuro de mí ser. Soñaba que corría desnudo tras de cientos de mujeres con tres senos, las perseguía entre flores de color violeta, negro, rojo y amarillo. Las mujeres eran de un hermoso color azul rey que hacía que me hirviera la sangre -pero la mierda del día que no me dejaba- ahora interrumpiendo mi cachondo y colorido sueño, con una molesta comezón en la fosa nasal. Con la mano simule acomodarme el tabique nasal, por un instante sentí calma, sin embargo, esa maldita comezón regresó, metí entonces con furia –la que me restaba de la mie…- el dedo índice, escudriñando cada centímetro de la fosa nasal me rascaba con ganas, pero la comezón se hacía cada vez más y más intensa por una pluma y comencé a restregarme la nariz, el alivio fue instantáneo. De pronto sentí nuevamente comezón, esta cada vez más intensa, nuevamente recurrí al dedo para apaciguarla, sin embargo, sentí en este una resistencia cada vez mayor, era tal la presión que retire el dedo, al instante salió disparado –como el tapón de una sidra en pleno festejo navideño- un raro objeto que fue lentamente extendiéndose en el techo del cuarto, poco a poco descubrí su forma, al mismo tiempo que desplegaba sus alas. Un asqueroso murciélago, ¡si un asqueroso roedor alado! Por un instante nos miramos desconcertados, luego comenzó revolotear por mi habitación. De pronto la comezón volvió y con ella otro murciélago salió de mi pequeña nariz, pero no fueron dos, ni tres, sino dieciocho bichos alados, que chillaban y golpeaban sus alas – mientras yo solo quería descasar de la mierda del día- al primero le fue difícil salir pero después, fue como si el himen desgarrado de la nariz le hubiera dejado el camino libre. Esa noche no hice más que observar esos entrañables animales de mi alma, nunca intentaron atacarme mientras permanecí acostado. Alrededor de las diez de la mañana, me venció el sueño y después de dormir mis ochos horas reglamentarias, intente levantarme pero fui acatado por mis dieciocho compañeros. Desde entonces llevo aquí diez y siete meses en la cama, comiendo excremento de murciélago nasal, viendo con tristeza como van muriendo uno por mes, hoy solo queda Moco el primer murciélago nasal, el fiel vigilante de mis sueños y enemigo de todos los que no permitían que estuviera más de ocho horas en la cama, siento mucho que solo quede él, los amé tanto que pronto estaré con ellos en el inframundo, porque después de que Moco muera yo le seguiré. No podré levantarme de la cama, no sabré como usar los pies, las llagas fusionaron mi cuerpo con el colchón, moriré aquí en mi trono, viendo como se pudren los fieles vigilantes de mis sueños. Se que la envidia les corroe así que les aconsejo que comiencen a rascarse la nariz, tal vez, no tienen dieciocho; sino veinte murciélagos, tal vez, no sean murciélagos sino buitres, porque cada cabeza es un mundo, cada nariz es… A todos los que aún no dejan ni quieren dejar de soñar.[1991-2001]