El insospechado alivio

Carolina la vampira chupa ombligos por placer. Al pobre Toño le arrebato los ojos porque la espió mientras se bañaba. Los ojos sumidos y ojerosos, los senos puntiagudos, las uñas de los pies largas y sucias, fue lo último que Toño le pudo ver. Dice Toño que por las piernas le crecen largos y negros bellos como los de las axilas. ¿Será verdad será mentira? Carolina la vampira chupa ombligos y sus preferidos son los de los niños de menos de un mes. Cuando está borracha se botanea, con el ombligo de un gordo chofer que vive en la esquina de su casa. Carolina asiste a la prepa de paga, se esconde en los baños de hombres y mujeres para chuparles el ombligo a los descuidados transeúntes del lugar. A Carolina la vampira por descuido la mate, pretendió chuparme el ombligo pero yo raudo me gire. No sé si murió de indigestión, no sé si fue el susto o qué, pero gracias a Caro la diarrea ese día se fue. A todas las viejas aplicadas que nunca faltan a la escuela.[1992]

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